Agradecimiento
Agradecimiento
La verdad es que buscamos reconocimiento como si nos estuviéramos ahogando y como si el reconocimiento fuera un trozo de madera al que agarrarnos. Porque todo se vuelve muy confuso cuando vas internándote en la niebla y, a la vez, las cosas a las que te quieres agarrar tampoco tienen sólidas raíces… La psicología vigente describe, creo, el Trastorno Límite de la Personalidad, que al parecer es el que caracterizaba nuestros tiempos en las últimas décadas, en estos términos: el antiguo túnel del barco pirata del Parque de Atracciones de Madrid. Te metes en un túnel, el túnel gira y, además, el suelo se mueve de delante atrás y hay viento mientras la luz es intermitente, y su intermitencia impredictible.
Calificar y descalificar
- Calificar para descalificar, descalificar para calificar. Está cuestionada la idoneidad de toda calificación en el terreno del arte. Un concurso es también una calificación. La calificación que a mí me califica, al otro le está descalificando, en un terreno que es el terreno cualitativo por excelencia.
- Autocrítica. Ahora que estoy redactando las reclamaciones, el recurso y planificando másteres, me doy cuenta de todos mis errores: el desorden de mi escritorio es una señal de lo desbordada que he estado todo el tiempo. La falta de respeto a las formas y a los cauces. La pérdida de razón que implican algunas cosas que digo, cuando me dejo llevar por la indignación. En fin, todo un ejercicio de autocrítica. Pero, también un ejercicio de crítica a las instituciones y a quienes no se implican lo suficiente en sus perfiles.
- Aceptar que tu paleta es restringida. Una vez dijo alguien que “todos pensamos que estamos haciendo lo mejor”. Esta idea me acompaña siempre. Cada cual cuenta con su paleta de recursos con la que, como si fuera la paleta de un pintor, va pintando la realidad. Es muy difícil entender que tu paleta es restringida, y más difícil aún entender que te la restrinjan. Hay carencias en todas las paletas humanas e institucionales, he tratado con decenas de instituciones, pero la única actitud intolerable es la que se hace eco de las carencias institucionales. Estas son las que es tarea de todos subsanar.
- El azar cuenta. Según vamos actuando, por supuesto que podemos valorar el resultado de nuestras actuaciones. No obtante, lo que se desenvuelve frente a nosotros es producto de nuestra actuación pero también del azar y de un millón de variables que inciden en ello: hay que ser justo y no olvidar este dato.
Llorar
No he visto a nadie llorar por lo que está pasando con la izquierda en España, por lo que se hace a sí misma, por ver cómo pierde terreno. Lloro, lloro con lagrimones, lloro con muchísimas lágrimas. Lloro por las nuevas generaciones a las que las familias y el Estado educan en el único objetivo de su propia supervivencia, lloro por las pérdidas de derechos, lloro porque me siento muy triste de no tener donde agarrarme.
Lloro por mí también, por si hago el ridículo aquí en el Folio de la UOC, cuando se cuestiona luego lo que aquí lanzo a caminar por mitad de la calle. Lloro, a mi vuelta a la Autónoma, por esa universidad que, cuando la dejé, era un lugar lleno de ilusión, la facultad de psicología que estaba naciendo, y ahora no me gusta lo que veo. Lloro porque he hecho público que tengo un certificado de discapacidad, y ahora eso tampoco tiene vuelta atrás y me duele muchísimo.
Lloro porque estoy cansadísima, porque es verdad: no sé si se evalúa el esfuerzo, pero este curso he hecho un esfuerzo enorme los dos semestres. Lloro porque me arrepiento un poco de haber dado tanto en procesos en los que no hay vuelta atrás. Y por todas las dificultades en general, que son enormes, que parece que no ceden sino que aumentan y aumentan… Por mi niñez irrecuperable, por las personas que ya no están, por mis arrebatos y mis equivocaciones… Lloro porque se confunda la broma con la seriedad de mis sentimientos, Y, de verdad, me doy unas panzadas a llorar enormes… y mis compañeros me tratan con un desprecio épico.
Echar a andar con un libro
Hasta que recuerdo que siempre me quedarán las ideas, siempre me quedarán las direcciones y que, aunque casi todo se venga abajo, tengo ese lugar que es mío e inamovible. Siempre podré coger un libro y echar a andar, siempre existirán el pensamiento y la imaginación, y la nueva Era aún no ha dado la cara del todo, pero el hecho de que todo quede registrado puede tener ventajas inenarrables. Por eso, si perdiera la oportunidad de escribir aquí se perdería la crónica de un caso, este caso que somos todos, este caso que, en mi caso, comparto. Y me recupero porque soy uno de esos buscadores empedernidos de la felicidad. Y siempre gracias al Folio de la UOC.
NO al epitafio de Seikilos
Lo que tengo clarísimo es que el epitafio de Seikilos no es la ruta a seguir. No es el carpe diem, no es el hedonimo, no es la subjetividad, no es esa apariencia que creo que la mecánica cuántica va a deshacer que es la conciencia como algo estrictamente personal. Por supuesto, el objetivo no es aspirar a un brillo que, en el fondo, está siendo acunado por la desesperación. Por eso, aunque no sepa nada y esté tan plagada de limitaciones, en la línea de Popper sé perfectamente lo que NO es, y en ese sentido me agarro a mi misma. Muchísimas gracias a mi profesora Miren Huarte Huertas y a mi asignatura de Cuerpo y género por la buena nota que me reanima, por su calor humano, por su rigor teórico y su generosidad al compartir sus conocimientos y por su respeto a mi persona. Gracias por ese reconocimiento. Reconocimiento a mi útero en retroversión. Reconocimiento a mi “boca sin ropa”. ¡No es el epitafio de Seikilos lo que nos mueve! ¡Jamás viviremos en función de la muerte! ¡Vivimos en y para la vida, esa vida que, segurísimo, el ser humano reinventará y reconducirá!
Soy una imagen de piedra,
Sícilo me ha colocado,
donde soy, por siempre,
señal de eterno recuerdo.
Mientras vivas, brilla,
no temas nada en absoluto.
Que la vida dura poco,
y el tiempo exige el final.
Sícilo a Euterpe.
Se está archivando el hedonismo. Se está archivando el carpe diem. Se abre un mundo nuevo, y yo quiero ayudar.
Debatcontribution 0el Agradecimiento
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