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¡Oh, naturaleza! ¡Escapa de la subordinación!

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¡Oh, naturaleza! ¡Escapa de la subordinación!

Texto curatorial nada convencional para la obra de la artista Núria Iglesias Rodríguez: Núria, ¡qué preciosidad tus bailes! Evocadores, de verdad, de…
Texto curatorial nada convencional para la obra de la artista Núria Iglesias Rodríguez: Núria, ¡qué preciosidad tus bailes! Evocadores,…

 

No queremos que siga ocurriendo este proceso de deterioro de la naturaleza que estamos viviendo y que avanza al galope. Emerge cada vez con más fuerza la conciencia medioambiental y, para dar respuestas que valgan, tenemos que mirar a las cosas, a todas,  y que ellas nos devuelvan la mirada. En este trabajo hemos estado embarcadas Núria Iglesias Rodríguez y yo desde hace unas semanas… Ha sido difícil, pero, a la vez, una experiencia que nos ha enriquecido, y que se abre a otras muchas.

 

Fundamentación filosófica de los colectivos artísticos que trabajan el cuerpo.

 

Proceso de trabajo

  1. Toma de contacto por WhatsApp. Se fija el día del encuentro inicial.
    Contactos por correo.
    Meets en los que se intercambian posicionamientos y repartos de tareas.
  2. Se comparte trabajo en la nube.
  3. Determinación del tema central Ixitpla.
    Selección de objetos, tanto concretos como abstractos. Úrsula.
  4. Creación de archivos de arte sonoro para estos objetos. Úrsula.
  5. Creación de movimiento para cada uno de ellos. Núria.
  6. Final. Montaje del vídeo. Núria.
    Trabajo de justificación. Úrsula y Núria, la segunda el cuerpo de texto y la primera, las notas y anexos.

Puntos fuertes del trabajo

– La creación de archivos de arte sonoro asociados a objetos mudos, que no sean una mera copia o reproducción de los mismos. Este trabajo tiene posibilidades y puede ser continuado.

– La selección, que se produce casi por azar, de dichos objetos. Dejar un margen al azar en los procesos de investigación artística.

– Como resultado, las creaciones de Núria Iglesias, que recuerdan al arte de Jacques Tati y se sitúan al margen de los productos al uso en el mercado, incluso en el propio mercado del arte, son lo más brillante.

– La conexión entre ambas ha posibilitado una buena comunicación. 

– Este trabajo nos abre de forma significativa y muy fructífera uno de esos temas que ocupan, o deberían ocupar, el centro de los trabajos de creación artística: el de la conciencia medioambiental.

  1. La catástrofe medioambiental tiene su origen en la mercantilización (y ninguneo) de todo lo que nos rodea; por tanto, el que todo lo que nos rodea recupere su verdadera entidad o ixiptla (fantaseamos), y el que en las nuevas generaciones se despierte la conciencia de esta verdadera entidad, es una forma potentísima de detener el empeoramiento y prevenirlo.
  2. Las únicas culturas que han considerado la naturaleza en un plano de igualdad son las previas a la revolución industrial (creo); más concretamente, tenemos en las culturas indígenas precolombinas destellos de esperanza.
  3. El mundo rural, especialmente representado por las personas que lo habitan sin mercantilizarlo, es otra esperanza de conciencia medioambiental y recuperación.

Puntos débiles

– En el caso de artistas con una trayectoria previa larga, el caso de Núria, debería dejarse un espacio amplio para conocer obra, referentes previos etc. para, después, facilitar el acercamiento. Ocurre lo mismo en mi propio caso, ya que mi trayectoria no es larga, pero mi trabajo es amplio.

– Habría que tener un espacio previo más amplio para compartir presupuestos teóricos; en caso contrario, la elaboración conjunta de documentos se hace muy difícil, y también se producen malentendidos con más facilidad.

– Ha sido un trabajo muy difícil realizado con muchos elementos en contra: tiempo, falta de presencialidad, desconocimiento mutuo previo, falta de conocimiento de referentes comunes… En conclusión: cualquier error o fallo que pueda encontrarse es humano y absolutamente justificado.
– El momento de abordarlo, a fin de curso, no es el mejor, porque hemos dejado muchas otras tareas sin abordar porque priorizábamos el interés común.

Residuos conceptuales y artísticos

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  1. Núria Iglesias Rodríguez says:

    Querida Úrsula,

    ¡Estoy muy agradecida por este viaje de aprendizaje, descubrimiento y creación conjunto!

    ¡Un abrazo!

    Núria.

  2. Úrsula Bischofberger Valdes says:

    Núria, ¡qué preciosidad tus bailes! Evocadores, de verdad, de lo mejor de Jacques Tati, fotografías que no quiero capturar ni difundir en el Folio porque merecen un tratamiento especial y trabajo que bien pueden envidiarnos todas las compañías que se exprimen los sesos para obtener ideas que el Snap! y tu cuerpo encuentran, como manando sin esfuerzo, de sus manantiales…

    De verdad: te encarezco, igual que comenté a los compis en general en el encuentro del Reina, a tener muchísimo más empuje y tesón en la asertividad de tu posicionamiento en el mundo laboral. Hay una inseguridad totalmente injustificada en los artistas, inseguridad alimentada por los muchísimos obstáculos que tienen que superar en su propio mundo, el del arte. Por el poco reconocimiento del gran valor de cambio que podrían tener sus trabajos, que se miran y remiran demasiadas veces y demasiadas pocas veces se llegan a comprar. Por la vida más bien interiorizadora que les caracteriza. Y por no sé…

    Pero creo que, en algún momento, le haré un audio a la salsa de tomate, te lo mandaré, le darás cuerpo, capturaré ese cuerpo, lo enviaré a Solis y a Orlando y a Auchan, me estudiaré si alguno comete alguna irregularidad, venderás esos movimientos tomatosos y entraremos en el Mundo con mayúsculas, el mundo que tiene que llegar (y que llegará) a muchísima gente, un mundo al que deben llegar los tomates de verdad (y no sólo su salsa), los invernaderos de verdad (y no sólo los botes). Un mundo al que es obligatorio que llegue la gente como tú, que tiene gallinas con nombre.

    Un abrazo!!!

     

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La historia modernista del arte como ladrillo y pegotes

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La historia modernista del arte como ladrillo y pegotes

Bischofberger U (2025) El hombre como mimado social. Enfoque marxista. (Collage digital) Griselda Pollock (1988) “Intervenciones feministas en las historias del arte.…
Bischofberger U (2025) El hombre como mimado social. Enfoque marxista. (Collage digital) Griselda Pollock (1988) “Intervenciones feministas en las…

Bischofberger U (2025) El hombre como mimado social. Enfoque marxista. (Collage digital)

Griselda Pollock (1988) “Intervenciones feministas en las historias del arte. Una introducción”. En  Visión y diferencia: feminismo, feminidad e historias del arte, Buenos Aires: Fiordo. Lectura, esencial, imprescindible para cualquier persona comprometida no ya con las causas de la mujer y el arte, sino con la de la justicia. Lectura a partir de la cual se producen en mí varios movimientos que señalo a continuación.

Agradecer.  Agradecer a quienes han diseñado el Grado en Artes la oportunidad de aproximarme al arte desde una perspectiva tan alejada de la historia modernista del arte, cuyo enfoque describe Griselda Pollock y caricaturizo en el dibujo que pongo en esta entrada. El Grado en Artes de la UOC me vincula, me ata, lo cual, como digo, agradezco.

Entender el sentido de las causas “particulares”. Por fin he entendido que las causas que yo consideraba “particulares” en realidad son maneras potentes de cuestionar la totalidad.

Aproximación al arte contemporáneo. Tuve la paciencia de leer la Historia social de la literatura y el arte, de Arnold Hauser. En aquella época (adolescencia), iba tirando de referentes a partir de las propias lecturas, y en ese sentido me fue un libro muy útil. Pero también obraba “a pegotes”, yuxtaponiendo. Ahora me aproximaré a las artistas a las que Griselda Pollock presta más atención, por lo que se me abre un camino importante.

Varias citas que me han resultado reseñables

Esto me parece especialmente procedente para analizar la difusión de determinadas ideologías a través, por ejemplo, de las redes sociales.

 

 

 

 

 

 

 

 

Tareas pendientes: 

Revisar el concepto de creación del sujeto de una necesidad, concepto crucial.

Brillantísimos pasajes que quiero revisar aquí. Además, por lo que acabo de ver, bien explicados… y mejor que El Capital. Mi historia fue que me compré El Capital, y me leía el primer tomo, donde aborda los conceptos de valor de uso y valor de cambio,  tumbada en la cama boca abajo y boca arriba, dando vueltas, porque eran pesadísimos, hasta que un macho de izquierdas, amigo de mi madre, vino un día y me dijo: “pero cómo lees eso… eso es mucho para ti”. Entonces me pareció difícil y lo dejé… Eran unos libros blanco y rojo, de buen papel… Lo cuento porque es una página de la historia de la cultura (de la mía). Aquel macho de izquierdas que le quitó El Capital de las manos a la adolescente. Este fue mi historial con El Capital, pero me leí a fondo (y comenté) las Tesis sobre Feuerbach, después me fui a Ibiza con mis compis de la facultad y allí se me enganchó el jersey en la bici en una cuesta abajo en la que iba disparada y me caí de boca, me rompí ocho dientes y me desmayé.

Retomar a Raymond Williams.

Me compré el libro y no pude seguir. De todos modos, lo estaba leyendo mientras viví en un piso compartido un verano en el que me asfixiaba literalmente en aquella habitación con la que cuidaba señoras, que amenazaba a la de la habitación contigua con un cuchillo, por cierto. Compartía en una de las múltiples escaramuzas que tuve que abordar para sanear la economía (porque el gran macho de espalda plateada de turno se escaqueaba de sus obligaciones para variar) e hice lo que buenamente pude aquel verano, con un spray de agua y un ventilador pequeño y duchas… hasta que se me rompió el termómetro, un termómetro de los antiguos, y me tuve que ir por miedo al mercurio, momento en el que me acogí a un parentesco que no funcionó y después al trastero. De modo que esa fue mi historia intelectual con el libro de Raymond Williams, y aquel el fin de mi trayectoria con él. Y estos son los avatares de las vidas que nunca salen en los libros, las historias en las que ocurre al revés que en la Historia, porque los invisibles son los hombres, pero no por invisibilizados sino por negligentes.

Si hubiera sido hombre, me hubiera hinchado literalmente a mesa de despacho (porque se me hace la boca agua sólo de pensar en leer uno de los libros que me gustan) y ahora sería una perfecta imbécil desvinculada (¡perdonadme, hombres!), moviéndome en grandes bloques abstractos y con cajones y cajones de referentes y fichas estructuradas a la perfección. ¡Gracias, Dios mío, por haberme hecho mujer! ¡Oh hombre! Ser sobreprotegido por tu sociedad, ¡Qué mimado estás! Eres un mimado social.

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